Buenos días (aunque llueva) Llevo unos días reflexionando (sí, qué pasa, yo reflexiono... poco, pero reflexiono) sobre lo que es y no es la imparcialidad, y la verdad es que me cuesta llegar a alguna conclusión concreta. Siempre termino en conclusiones vagas, a veces sin ningún sentido, como definiciones del tipo: "la imparcialidad es lo que yo practico" o "la imparcialidad son mis pensamientos" (creo que mi egolatría está empezando a ser grave). Desesperada, recurro a la definicion de la RAE: "Falta de designio anticipado o de prevención en favor o en contra de personas o cosas, que permite juzgar o proceder con rectitud" Ahí queda eso. Lo cierto es que, después de leer esta definición unas doce veces, me doy cuenta de que encierra una trampa tremenda: eso de "juzgar o proceder con rectitud". ¿Y qué es rectitud? De nuevo estoy en un atolladero, y de nuevo me voy a la fuente de toda sabiduría, es decir, la RAE, que dice: Rectitud: "Derechura o distancia más breve entre dos puntos o términos" (esta no me vale, creo) "Calidad de recto, que no tiene curvas ni ángulos" (creo que ésta tampoco) "Calidad de recto o justo" (mmmm, quizá ésta sí) "Recta razón o conocimiento práctico de lo que debemos hacer o decir" Vaya, creo que esta cuadra, pero vuelvo a mis dudas, porque, ¿qué es justo? y aquí es donde me topo con el follón tremebundo; según la misma Academia, "justo" es "Que obra según justicia o razón", "Arreglado a justicia y razón" (la verdad es que esta segunda definición se la podían haber ahorrado, que no está el Amazonas como para desperdiciar papel tan a lo tonto), pero la tercera es la que me pone la carne de gallina: "Que vive según la ley de Dios". Después de leer esta última, y de recuperarme de la hiperventilación que acabo de sufrir, mis dudas llegan a la máxima potencia (ésto no sé muy bien qué significa, pero queda majo así escrito) Estoy en un callejón sin salida (¿quién coño me mandaría a mí reflexionar, con todo lo que tengo que hacer? ¿será esto una forma encubierta y subconsciente de evitar leer El Cíclope?) Si ser imparcial es ser justo, y ser justo es "vivir según la ley de Dios", hay un porrón de personas en el mundo que no serán imparciales en la vida, y también es mala leche... en este punto me voy a preparar un poleo menta, más que nada para relajarme, y al volver, dando vueltas a la cucharilla, me doy cuenta de la verdad suprema que estaba ahí, delante de mis narices, que siempre ha estado sin que pudiera verla: LA IMPARCIALIDAD NO EXISTE. Después de soltar esta frase durante unos dos minutos en voz alta, me convenzo de que es lo más sensato que he pensado en los últimos... 35 años. Seguro que alguno de vosotros me tacháis de demagoga (ya lo habéis hecho alguna vez, así que no me ofendo) pero tengo mis razones para pensar como pienso: en primer lugar, tooooooooodos creemos que somos imparciales, y acusamos al de enfrente de no serlo, mientras éste nos acusa a nosotros de lo mismo. En segundo lugar, me planteo que, aunque algunos no lo parezcamos, somos seres humanos, y tenemos sentimientos (unos más que otros, y no miro a nadie) y esos sentimientos hacen que tengamos moral, y fuera de la establecida, esta moral nos la creamos nosotros solitos, sin darnos cuenta, con cosas que nos van pasando y que nos hacen tirar por unos caminos o por otros. Un ejemplo: si a mí me deja mi novio, pensaré que mi novio es un capullo; si mi novio, además de dejarme, me pone los cuernos, pensaré que es un capullo integral, y si encima de dejarme y ponerme los cuernos, me da una paliza un día sí y otro también, es probable que llegue incluso a pensar que todos los hombres son capullos integrales (y no utilizo palabras más bestias porque es horario infantil, y hay niños viendo la tele). ¿Qué pasa entonces? que cuando alguien me hable de hombres, los pondré a caldo. ¿Soy imparcial? depende para quién, para tí seguramente no, pero para mí seré la tía más equilibrada e imparcial del universo. Seguramente este ejemplo es extremo, pero sirve así, en lineas generales, así que voy a dar un consejo a todo el que me pueda leer, aunque no me guste demasiado esto de adoctrinar (¡qué coño! me encanta, pero hago como que no): no intentéis hacernos creer que sois unos tíos/as de lo más asépticos y objetivos, que nanay de la china (o verdes las han segao, que dice mi abuela) Tratad de razonar vuestras posiciones y dejad claro por qué son esas, y nunca dejéis de escuchar las de los demás, que a lo mejor están bien razonadas. Dejad que os convenzan, que a veces es sano. En el caso de que seáis periodistas, pueeees.... pueeeees.... pueeeeees.... nada, vosotros no os preocupéis, que sois la única clase de subespecie rara dentro de la especie humana que vivís según la ley de Dios, y siempre tenéis razón.
(Juro no volver a reflexionar sobre nada más que El Cíclope, de Eurípides, en las próximas dos horas, y hacerlo semi imparcialmente)