31.8.06

Nunca hubo una mujer como....


La primera vez que vi la bofetada de Johnny Farrell a Gilda pensé: "este tío es un chulo" Yo tendría por aquel entonces doce o trece años, y no me sentó nada bien, por mucho que Vidor intentase justificarlo, que los hombres que veían la película lo justificasen plenamente, y las mujeres lo hiciesen también por el comportamiento libertino de Gilda. Estoy de acuerdo en que es una de las escenas más memorables del cine, pero para mí lo es por el escalofrío que sentí al verla. Hoy ha muerto Glenn Ford, que fue Farrell, y he recordado la escena. Recuerdo que durante bastante tiempo no podía ver películas de este gran actor porque me caía francamente mal, después maduré (más o menos), y dejé de guardarle rencor por ese acto violento, aceptando que se trataba de una exigencia del guión. Ahora, cuando miro hacia atrás, me doy cuenta de que siempre me ha revuelto las tripas esta violencia, aún teniendo en cuenta que mi educación (como la de todas las personas de mi edad) ha sido plenamente machista. Hoy, con algo más de camino andado, con un mundo que ha cambiado tanto que parece que le hayan dado la vuelta, veo que hay demasiados Johnny Farrells sueltos por ahí, y sigue habiendo defensores a ultranza de la bofetada, y lo que es peor, defensoras. Las estadísticas en España son contundentes: llevamos ya 60 mujeres muertas a manos de hombres, y las denuncias por malos tratos parece que han crecido un 10% con respecto al año pasado. El problema del feminicidio, pues, no parece que tenga fin, y las justificaciones a la bofetada parece que aún crecen más. ¿Por qué? Creo que está claro: muchos hombres tienen miedo de perder su posición, mantenida durante siglos, y les aterroriza quitar el pie del cuello de sus mujeres por si acaso se quedan cojos. Parece que todavía a nuestra sociedad le queda mucho por andar, y que aún se sigue mirando para otro lado cuando los gritos suenan al otro lado de la pared. Nadie sabe nada, nadie se da cuenta de nada, nadie escucha nada (o sube el volumen de la televisión) Esto me recuerda a la actitud del pueblo alemán ante la desaparición sistemática de judíos. Nadie se preguntó nunca a dónde iban sus vecinos, y cuando les explicaron que iban a campos de trabajo, a nadie le pareció mal. Al otro lado de la pared pasan cosas, a veces cosas horribles, y no van a desaparecer poniendo la música más alta.
Y con respecto a Glenn Ford, que llevaba siempre rosas a la tumba de Rita, que descanse en paz. Hace mucho que comprendí que no tenía que guardarle rencor.

25.8.06

Los pequeños


Estoy indignada. He pasado de la depresión a la indignación sin estados intermedios. Me explico: parece ser que hay una convención muy importante de astrónomos que están decidiendo el futuro del sistema solar, lo cual así ya de principio me parece una estupidez, porque dicho sistema ya estaba antes y se mantendrá después de que ellos hayan decidido sobre su futuro. Pues bien, al parecer, estos sesudos astrónomos, como deben aburrirse tremendamente (si no, no le veo otra explicación) lo que hacen es decidir si estamos bien de planetas o no, es decir, si nos sobran o nos faltan. Al principio dijeron que nos faltaban, y nos iban a poner dos. Los estudiantes, claro está, se rebelaron y dijeron que de qué ahora iban a aprenderse dos planetas más, que con tanta cadena montañosa, tanto río y afluente y tanto accidente geográfico ya tenían suficiente, y que tanto cambiar provincias, comunidades autónomas y hasta paises ya les tenía bastante liados, así que ni de coña. Los estudiosos hicieron caso, y se pusieron otra vez a discutir en su aburrimiento. Miraron al mapa en 3d del sistema solar (que lo tienen) y dijeron: a ver qué tenemos aquí: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno.... ¡vaya! ¡pero si hay una mierdecilla aquí, al final, que no nos sirve para nada! ¡Plutón! ¿Qué os parece si nos lo cargamos? Y en esas están, y eso es lo que me indigna. ¿Qué narices ha hecho Plutón para que le quiten la categoría de planeta? Pues ya lo contesto yo misma: ser pequeño. Nada más. Y a mí esto la verdad es que me parece fatal: llegan los bravucones de los astrónomos aburridos y no se meten con Saturno, o con Mercurio, que son grandes, van y se meten con el pobre Plutón, que estaba ahí tan tranquilo y sin meterse con nadie. Y esto no afecta sólo a los planetas, nos afecta a todos, porque, ¿qué van a hacer ahora los nacidos bajo la influencia de Plutón, por ejemplo? ¿se quedarán sin personalidad? ¿ya no tienen influencia? ¿en qué se van a convertir? Me parece un abuso de autoridad tremendo, en el que debería tomar parte las Naciones Unidas, o Amnistía Internacional o algo, porque esto se puede trasponer a la vida diaria: ¿qué han hecho los pequeños para ser masacrados, torturados, incluso eliminados? ¿es que ser alto es garantía de algo? ¿son más inteligentes acaso los altos? pues no. Yo aquí veo un caso claro de violación de derechos humano-planetarios, una confabulación universal orquestada (seguro) por los lobbys económicos, a quienes no les interesa la existencia en lugares de poder de los pequeños. No hay más que echar un vistazo a los acontecimientos para darse cuenta. ¿Qué ha pasado con Tom Cruise, bajito de pro? que le han despedido. ¿Y con ese señor bajito, feo y con bigote que gobernaba este santo país hasta hace como quien dice cuatro días? Pues que le han quitado y han puesto a un señor que habla raro, pero es alto. ¿Es que no lo veis? ¡Hombre, por dios! si a aquel señor bajito le hicieron hasta manifestaciones para que se fuera... Bueno, la verdad es que con este no han podido demasiado, que cada equis tiempo nos regala los oidos con una de sus visiones desmembradoras, porque es lo único que le queda al pobre: resistir, y muy bien que hace. El mundo esta apocalíptico perdido, no cabe duda, y ahora son los bajitos los que lo sufren. Si lo eres, lo siento, y si no lo eres, pues ten en cuenta aquellos versos de Brecht, que vienen aquí que ni al pelo:

Primero fueron a por los anarquistas,

pero como yo no era anarquista, no me preocupaba;

luego fueron a por los comunistas,

pero como yo no era comunista, no me preocupé;

más tarde fueron a por los socialistas,

pero, como tampoco era socialista, no me preocupé...

... después vinieron a por mi, pero ya era demasiado tarde.


Tenedlo en cuenta: si les dejamos que sigan así, pronto nos tocará a nosotros... aquí os dejo una foto del pobre Plutón y su satélite, para que os acordéis siempre de estas palabras... Tened mucho cuidado ahí fuera.

22.8.06

La terrible realidad

Jueves, 24 de agosto. Por desgracia, y aunque yo estaba convencida de que me tocaba el puñetero cuponazo, parece que mis premoniciones estaban equivocadas, y lo único que me ha tocado es volver de nuevo al curro. Otra vez las mismas caras, las mismas tonterías repetidas una tras otra y sin esperanza de que se acaben con una mudez repentina y permanente de los que las dicen. ¿Parezco depresiva? pues sí, es así, tengo una depresión post vacacional de agárrate y no te menees, aunque me haya pasado las vacaciones agotada persiguiendo a la de la foto anterior, y no haya conseguido dormir una puñetera siesta por la susodicha, que tiene pilas duracell, y aunque no haya conseguido estudiar lo que me toca, pues sí, me deprime volver al tajo, porque mi tajo, como la mayoría, supongo, es un auténtico coñazo. Yo que, a mi edad (que con esto también estoy deprimida) pensaba que ya estaría en Hollywood, habiendo recibido como mínimo 2 oscars y siendo vecina de varias estrellas en Beverly Hills, ahora me veo rodeada de seres simples cuya mayor aspiración es ganar mucho dinero para gastárselo en paellas playeras... y así estamos, sin oscars, sin dinero y aguantando el chaparrón (el verborreico, claro, porque encima lleva meses sin caer una gota de las de verdad, verdad, de las que mojan y por lo menos limpian el aire) Al menos ayer me enteré de que vuelvo a los escenarios: tres meses de trabajo en una sala pequeña, que no me van a dar para ganar la ansiada estatuilla, ni siquiera para vivir decentemente (por lo que tampoco puedo dejar mi trabajo) pero al menos me quitarán el mono, que quieras o no, es una ventaja. En fin, que ya he vuelto, y espero que esto se anime y me contéis vuestras vacaciones, tipo redacción escolar, por favor. Mañana espero volver, así que ya nos vemos. Me voy a tomar un café a ver si me sube la moral.

4.8.06

Querida Elsa:

Te escribo esta carta esperando que algún día puedas leerla, o que alguien te hable de ella. Espero que al recibo de ésta te encuentres bien de salud, porque de otras cosas está claro que estás muy bien. Hoy he escuchado que estrenas nueva película, cosa que me parece muy bien, porque yo también aprovecharía si los directores me llamasen para actuar, aunque si supiera que no tengo ningún talento, a lo mejor me daba reparo... no sé, tendría que verme en la tesitura... Yo no voy a ver esta película, claro, como no he visto ninguna de las que has hecho (todavía tengo en cierta estima a mi cerebro, como para andar machacándolo) pero no sé, tenía la esperanza de que te quedases en los anuncios de helados con los vaqueros subidos hasta la garganta, que es lo que más te va dada tu belleza y tu cuerpo escultural. Hoy mi esperanza se ha ido al carajo (tampoco te preocupes demasiado, es algo que me pasa muy a menudo) Por lo visto, sigues en tu empeño de ser actriz, y los demás mortales tenemos que seguir sufriéndote. Qué le vamos a hacer. Te preguntarás cómo sé que no tienes talento, es decir, que eres mala (vamos a dejar de adornar las palabras) si reconozco no haber visto ninguna película tuya, y haces bien en preguntártelo, y yo que te contesto: pues porque por desgracia, alguna vez he visto algún capítulo de esa serie cutre que te dio a conocer, y también, por desgracia y sin escapatoria, he visto algún "trailer" de tus películas en el cine. Con estas dos muestras, creo que soy una experta en tu arte y puedo, por tanto, criticarlo. Espero que esto te conteste. Eres muy guapa, Elsa, no voy a negarlo. Además, con los retoques que te has dado y que han cambiado bastante tu cara, eres más guapa todavía. Puedes felicitar a tu cirujano, se lo merece. Y siendo tan guapa, yo siempre me pregunto lo mismo: ¿por qué no te limitas a lo que haces tan, tan bien, es decir, a posar poniendo morritos delante de un fotógrafo? Supongo que no contestarás a esta pregunta, y estás en tu derecho, porque al fin y al cabo tú estás haciendo lo que tienes que hacer: aprovechar las oportunidades que se te dan. Y ahora es cuando llegamos al quid de la cuestión: señores directores de cásting y directores de cine, ¿por qué llaman a esta chica, cuando sus apariciones en pantalla se cuentan como fracasos? La belleza puede llevar al cine a unos pocos adolescentes perdidos, pero una belleza tan, tan, tan vacía no perdura en la memoria de nadie...
Elsa, siento personalizar tanto esta carta, pero me sirve muy bien para ilustrar lo que vemos cada día en todos los cines: cómo la belleza en muchas ocasiones anula el talento. Una cara bonita entretiene cinco minutos, pero es una gran pretensión pensar que va a entretener durante noventa, o peor aún, teniendo en cuenta el metraje que últimamente tienen las películas: ciento veinte minutos. Esta carta también podría dirigirse a Pé (a la que dan un premio simplemente por ponerse fea, cuando habría sido mucho más fácil contratar a una fea de verdad) a Charlize (otro tanto) o a la ínclita Paz. Chicas, por vuestro bien, y el de todos los que amamos el buen cine: por favor, retiraos, o mejor aún, que no quiero yo quitarle a nadie el placer de ver vuestras bellas caritas, dedicaos a lo que se os da bien: anunciar helados. El público, y más concretamente: yo, os lo agradeceremos.