Hoy escribo porque siento que tengo que hacerlo, desde no sé qué lugar... Seguramente sea desde las tripas, el único sitio del que debemos fiarnos...
Necesito una luz. Necesito saber a dónde voy, antes de que todo me engulla. Intuyo qué está pasando, pero no quiero verlo. No quiero saberlo. Me pongo las manos en los ojos y respiro hondo antes de seguir caminando. Caminar. Caminar. Eso es lo único que he hecho bien toda la vida, y lo único que ahora puedo seguir haciendo...
Es casi imposible averiguar por qué pasan las cosas, cuando pasan. Lo cierto es que a veces, y sólo a veces, viene un tornado a decirte que te estás equivocando, que todo lo que pensabas, lo que creías, lo que llevas años alimentando, es mentira. Y ese tornado te maneja a su antojo, te lleva, te trae, y hace crecer la ansiedad y alejarse lo poco que queda de las lecciones aprendidas durante generaciones...
Para esto, estoy sola. Yo sola tengo que enfrentarlo, y yo sola tengo que vencerlo. Sé que hay gente que me quiere. Sé que hay gente que no quiere verme caer. Pero quizá sea necesario llegar hasta abajo para poder ir después hacia arriba... no lo sé.
Todo esto no tiene ningún sentido. O sí. Tampoco lo sé. Sólo escribo porque siento que tengo que hacerlo, desde no sé qué lugar... seguramente sea desde las tripas, el único sitio del que debemos fiarnos...
Y no puedo seguir andando en círculos. Es lo único que tengo claro...
1 comentario:
Para levantarse, primero hay que caer, pero las personas fuertes y grandes como tú, siempre terminan levantándose y con mucha más fuerza y con las ideas muy claras de lo que quieren y lo que no. Animo!!! Un beso
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